No me he bajado del carro queridos lob@s y bruj@s, es que voy con un par de días de retraso.
Aún así, aquí os dejo la tercera semana. Espero que la disfrutéis.
Siempre he creído en energías, en esas que te atrapan para dar un giro en tu vida...
Y esta energía llegó en forma de gata, blanca y negra para mas señas, de lo mas común, supongo (no entiendo mucho de gatos)
Me siguió, bueno, mas bien diré que nos siguió. Sholty, Kyria y yo paseabamos ya sin Bayron, en un paseo aburrido hasta que oí maullar a un bichito que desee fuertemente que no se acercara a mi (aunque es posible que en el fondo de mi alma ese deseo no fuera tan intenso)
Deseaba compañía. Tan pequeña, tan barrigona y tan sola. Quise que tuviera dueño, pero no hubo suerte y al final conseguimos que viviera en el jardín de mi abuela y en el invierno dentro de la casa (ella le daba cobijo y nosotros le comprábamos comida y nos encargamos del resto) la operamos para que no pudiera tener bebés y llegamos a entendernos. Era curioso verla pasear con nosotros por las mañana y como me seguía a casa de la abuela cuando ya era la hora de dejar de jugar en la calle.
Restregaba su cabeza contra la mía y su ronroneo era el sonido de mi felicidad. Una felicidad deliciosa y que me calmaba.
Supongo que llegó para hacer la perdida del Oso algo mas ligera. Pero parece que hay energías condenadas a pasar poco tiempo entre nosotros, como si el universo, las casualidades y el entramado destino, tan odioso el, la hubieran reclamado en susurros conjurados entre aires de tormenta, asfalto y neumáticos.
Los humanos somos odiosos, de verdad que si. Y duele, que ella se haya ido así y que los culpables, lo mires por el prisma que lo mires, seamos nosotros.
La pequeña gata bruja, de ojos verdes y loca del viento.
http://www.interiorismomdr.com/decorar-con-libros-de-una-forma-original |
EiProfeta |
Que puedo decir, salvo que la adoro. Que hay algo entre ella y yo que no necesita palabras.
Discutimos, nos reímos con tan sólo mirarnos a los ojos y sufrimos, como cualquier ser humano que se permita el lujo de amar. Nos equivocamos y nos esforzamos en no cometer los mismos errores y en no hacer daño por el placer de hacerlo.
Soy un poco de su conciencia y ella un poco de la mía, porque vemos las cosas de la otra con una perspectiva que es imposible en primera persona. Almas gemelas, lo diré siempre.
Se ha vuelto a ir, a visitar el trozo de corazón que dejó en Irlanda, a insuflarse los pulmones con el aire húmedo de aquél país esmeralda; de su música, del ritmo de aquella vida tan distinta a la que lleva aquí.
Mi pequeña viajera, este año cumplo 30 y es muy posible que no estés aquí, en la fiestecilla que montare con mucha ilusión, pero eres espectadora de cada cambio en mi vida, cada fase, cada prueba y eso me consuela, porque siempre estás, aunque nos separen tantísimos kilómetros.
Nos vemos en carnaval, sigo preparando los detalles del disfraz para que todo esté medio listo cuando vengas.
Aprende mucho estas semanas, de lo que te rodea y sobre todo de ti misma, nunca sabemos donde están nuestros límites hasta que los rozamos con la yema de los dedos y sentimos el viento del borde del acantilado.
Te quiero mucho y mil, gorrión