Tercera tanda Rectober

No me he bajado del carro queridos lob@s y bruj@s, es que voy con un par de días de retraso. 
Aún así, aquí os dejo la tercera semana. Espero que la disfrutéis.





Día 14: Robarte un beso porque si:

La abrazo por detrás y me inunda la calma, beso su cuello y la estrecho con fuerza.
Gira el rostro hacia mi con una media sonrisa de labios perfectos y le robo un beso que me hace cerrar los ojos.
Para cuando los abro, he despertado.

Día 15: Tormenta: 

El viento silba, las nubes se acercan y el horizonte se desdibuja como en un lienzo mojado.
El océano allí abajo atrona sus oídos y el agua salada que escupe el viento se entremezcla con su sudor frío y sus lágrimas.

"Hazlo - susurra el pasado a su espalda - Hazlo ahora porque no nos iremos"

Los recuerdos y el dolor la empujan.

Día 16: Felinos y personas:

Los llamaban guardianes, en cada poblado y en cada familia representaban a un felino de gran tamaño. En épocas de paz y prosperidad eran un@ mas de la sociedad, en épocas peligrosas su preparación y el animal que habitaba en ell@s salía a la luz y cogía el control de su cuerpo.

Se les reconocía nada más nacer, el color y la forma de sus ojos era tal cual al animal que se alojaba en su interior. Al madurar podía percibirse que no eran como los demás, su forma de moverse, como vivían y como se comportaban. Recuerdo a la mujer pantera, al hombre león y al pequeño guepardo que aprendió a caminar rodeado de otros bebés tan pequeños como él.
Los rodeaba un aura dorada y te sentías irremediablemente atraído hacia ellos.
Puros, leales e independientes, formaban parte de un mundo que les pertenecía.

Pero la envidia, escondida en cada grieta, siempre acaba atacando. Y a ellos, los conseguió erradicar. 


Día 17: Evolución:

Cogió la esfera y se la entregó al pequeño, que observó como brillaba, aún estando vacía. Lo guió hasta la mesa de trabajo y dejó que se sentara. Frente a él, en orden, docenas de cacharritos con los ingredientes suficientes para llevar a cabo su proyecto.

- ¿Tienes una idea clara de lo que quieres hacer en ella?
 El niño asintió, mudo de la emoción. Alargó el brazo y la madre lo detuvo un segundo.
- Primero da color a tu mundo.
La mano le temblaba cuando cogió el pincel. Cuando acabó, se giró hacia ella, la cara un tanto seria.
-¿Sobreviviran?
La madre le sonrió y le animó a acercarse a la vitrina que había en medio de la sala. En el interior del cristal, esferas de distintos tamaños y colores, suspendidas como por arte de magia, danzaban unas alrededor de otras.
- Solo tienes que darles tiempo.

Día 18: De fantasmas y monstruos:

Me atemoriza el fantasma del olvido y el monstruo que representa mi desdén.
Pero también los espectros de mi mente, esos que arrastran cadenas como en los castillos abandonados y que representan a las personas que me hirieron, porque vuelvo a oír las palabras que dijeron y se me clavan de nuevo. 
Y aquellos seres que me persiguen en el lugar más sombrío de mi mente, con todo aquello que no dije, que no hice, con los quizás, los peros y los isis...
Sé que no puedo huir, son míos, viven dentro de mi. Y sale el sol y sonrío, un pequeño descanso de los temores que nos agobian.
Pero ellos aguardan en los rincones, sonríen también.

Día 19: Estrellas:

Cada estrella es una historia, algunas ya se ha contado, otras están aún por descubrir, por contar y susurrar en la noche.
Dicen que en agosto se precipitan sobre nosotros, sobre cualquiera, polvo de estrellas cayendo invisible sobre nuestras cabezas para cargar de sueños nuestra imaginación.

Encended una hoguera, sentaos alrededor de ella y hablad...Cuentan que hay quienes escuchan el tintineo de las estrellas en la bóveda celeste, quienes entienden su lenguaje. Conforme el cielo se corone de luna, el brillo de las estrellas se irá apagando, ha llegado la hora de las historias ¿veis como eleva el rostro hacia el cielo negro? Ya las oye, dadle un poco de tiempo y disfrutad.

Día 20: Los nudos del corazón:

Duelen más de noche, cuando las sombras acechan, cuando los miedos se fortalecen y el nudo en la garganta se vuelve piedra.
Cada persona importante en tu vida es un entrelazado celta de sentimientos, una maraña de inquietudes y un remolino de esperanzas que a cada paso alerta de perder el control.

Nudos de vida que se van apretando con fuerza alrededor de nuestra existencia, sin estrangular pero bien aferrados a lo que somos y en lo que nos vamos conviertiendo.